Por Álvaro Millán Macías
Diplomado IVAS, especialista en homeopatía
La homeopatía constituye una herramienta diagnóstica y terapéutica de gran ayuda en la clínica veterinaria, ya sea trabajando con grandes animales, pequeños animales o especies exóticas.
Esta especialidad médica de nueva tendencia guarda muchos secretos que aún están por desvelar. Uno de ellos, y que no se suele divulgar, es la aplicación médica de la homeopatía antes y después del tratamiento.
Aplicación de homeopatía antes de la terapia
Antes de la terapia, cuando aún se está realizando el diagnóstico que llevará a prescribir un remedio concreto, el conocimiento sobre los medicamentos homeopáticos hará posible que empecemos a barajar fármacos candidatos al tratamiento por semejanza con el cuadro clínico del paciente. Esos mismos remedios que tenemos en mente podrán ayudarnos a indagar más en el problema del enfermo y descubrir nuevos datos que quizás se hayan pasado por alto. Así se facilita a su vez el diagnóstico homeopático, es decir, la elección del medicamento más semejante al conjunto de síntomas mentales y físicos del paciente.
Así, por ejemplo, si nos enfrentamos a un caso en el que el animal tiene hipersensibilidad a los ruidos fuertes y ha padecido una infección respiratoria recientemente que apunta a Silicea, podremos preguntar al propietario o el cuidador si existen antecedentes de reacciones vacunales. Y en caso de que la respuesta sea afirmativa, que es muy probable, este dato enfatizará aún más la necesidad de administrar ese remedio para fortalecer la mente y reducir la sensibilidad emocional a ciertos sonidos. ¿Cómo se nos puede ocurrir esa pregunta sobre las vacunas tan aclaratoria para prescribir el tratamiento definitivamente? Porque es un dato presente en la patogenesia de Silicea y que el resto de los medicamentos para los sustos por ruidos fuertes no presentan tan marcadamente.
Igualmente podemos considerar la situación de un paciente cuyos síntomas son semejantes a remedios como Lycopodium clavatum o Sulphur, pues en ambos se pueden desarrollar enfermedades con aspecto exterior envejecido, excreciones malolientes y carácter agrio. Ambos medicamentos tienen una acción tan marcada sobre el hígado que merecería la pena realizar una analítica y descubrir que, efectivamente, los parámetros hepáticos están alterados. Incluso la ecografía podría mostrarnos alteraciones estructurales, dependiendo claro del tipo de enfermedad y su evolución. Entonces, ¿es suerte que hayamos acertado con el perfil bioquímico a la hora de elegir entre uno u otro? Realmente no por las características patogenésicas de los remedios mencionados, de modo que si hay similitud con respecto al enfermo no es una cuestión de azar, sino de sabiduría ¿Y si los síntomas y los medicamentos candidatos a terapia por semejanza con el paciente hubiesen apuntado más bien a un proceso renal? Entonces lo hubiéramos considerado al pensar en remedios como Berberis vulgaris, Cantharis y Phosphorus para solucionar el problema.
Estas situaciones expuestas pueden parecer hipotéticas o demasiado ficticias, como posibles hechos que podrían darse entre otras probabilidades menos deslumbrantes. Sin embargo, los dos ejemplos propuestos están basados en la realidad y son fruto de la experiencia.
Aplicación de homeopatía después de la terapia
En cuanto a una aplicación médica posterapéutica, la situación no es muy diferente pero sí esclarecedora. Supongamos que atendemos un caso de tumor en el párpado superior de un ojo y tenemos que elegir entre Staphisagria y Thuja occidentalis por ser los más apropiados. Si resulta que el paciente responde al primer medicamento, es probable que el proceso esté relacionado con el sistema endocrino (hormonas sexuales). El motivo de esta seguridad es que Staphisagria regula la mente y el cuerpo con relación a su función sexual, como ocurre con otros remedios como Conium maculatum, Helonias dioica o Sepia officinalis. Así que es probable que se caiga en la cuenta de que, si el paciente es una hembra mamífera, sus celos son irregulares al cambiar la pauta de los ciclos estrales gracias al tratamiento homeopático. Sin embargo, la resolución del caso con Thuja occidentalis indicaría que el proceso es consecuencia de un trastorno base del sistema inmune, con implicación de los órganos digestivos al constituirse un cuadro clínico de hipertrofia mental (presentando síntomas típicos como compulsiones, obsesiones o manías) y física (tumor).
Por tanto, la homeopatía tiene la cualidad inestimable de ayudar al médico veterinario en el esclarecimiento del caso en cuanto a la fisiopatología del proceso y llevará a un diagnóstico y tratamiento acertados y eficaces.
La homeopatía frente a casos de urgencia o emergencia
Otra aplicación práctica no contemplada ni valorada de la ciencia homeopática es la urgencia o emergencia. En el lenguaje técnico se suelen distinguir ambas situaciones porque se considera que la primera no es tan crítica como la segunda. En este caso resulta indiferente porque la acción de la homeopatía sobre las vías nerviosas, la sangre y la energía del organismo es tan rápida e inmediata que los efectos de un medicamento bien elegido no tardan en hacerse notar. ¿No se supone que esta medicina es lenta y se usa solo en procesos crónico que no responden a otros tratamientos? Para nada. Ese concepto de una terapia complementaria, que en absoluto es un suplemento de la convencional, como última opción de casos desesperados es fruto del desconocimiento y la desinformación sobre la verdadera capacidad de los glóbulos y gránulos de cada remedio.
Haciendo frente a patologías o síntomas estacionales
Finalmente, resulta interesante la utilidad de los medicamentos homeopáticos por épocas del año. Hay algunos que son muy estacionales y presentan entre sus modalidades la agravación en otoño o por sus factores climáticos típicos (humedad, frío, oscilación térmica amplia entre día y noche, cambios bruscos de temperatura). De todos ellos vamos a exponer tres que no son muy usados en medicina veterinario por no ser tan populares, pero sin duda sí igual de importantes que los demás:
- Colchicum autumnale: ya de entrada, el apellido deja bien clara la estación del año. Es un remedio de cuadros digestivos en los que existe una alteración de las vías nerviosas. De ahí que haya confusión, distracción, dificultad para concentrarse o prestar atención, intolerancia al dolor y a los estímulos externos (luz, ruidos, contacto físico, olores), pérdida de fuerza muscular, debilidad paralítica y hasta postración (descenso brusco de la fuerza vital). Estas características están presentes también en otros medicamentos homeopáticos, pero lo que diferencia a Colchicum es la agudización del olfato del paciente, sobre todo en relación con las comidas. En cuanto huele alimentos que se están cocinando o se le acerca un plato, el aroma se torna en un hedor inaguantable que le quita el hambre de inmediato (anorexia nerviosa) y puede dar lugar a náuseas y vómitos. La alteración gástrica se suele asociar a trastornos abdominales e intestinales como timpanismo, flatulencias y diarrea mucosa o acuosa. Otros sistemas orgánicos corporales afectados secundariamente son el respiratorio, el urinario y el cardiovascular. El otoño, el frío, la humedad y el movimiento son factores agravantes destacados del cuadro clínico.
- Dulcamara: es un remedio con marcado efecto en la transición verano-otoño y, sobre todo, en esta última estación. La patogenesia hace referencia a su gran utilidad “cuando los días son algo calurosos y las noches frías”, existiendo una relación patogenésica muy estrecha del medicamento con la humedad y, después, con el frío (al igual que le ocurre a Aconitum napellus con el viento). La exposición a la lluvia o los baños en mares, ríos o lagos, cuando ya el tiempo no acompaña tanto, conllevan procesos febriles y catarrales agudos con aumento de ganglios linfáticos. Las membranas mucosas que se pueden afectar por la humedad y el frío son todas, pero destacan la respiratoria y la digestiva. La primera es obvia por efecto de los factores meteorológicos sobre las vías aéreas y la piel, pero la segunda se sensibiliza por alimentos con baja temperatura y gran proporción de agua en su composición y estructura. La piel también suele mostrar lesiones eccematosas o pruriginosas y concreciones como verrugas.
- Natrum sulphuricum: es el remedio más destacado de los trastornos mentales y físicos que tienen como punto de partida un traumatismo en la cabeza y/o la columna vertebral. Su utilidad en el otoño radica en que es de los medicamentos en que más destaca la agravación por la humedad, ya sea con calor o con frío, por lo que también tiene su aplicación en procesos febriles y catarrales de las mucosas respiratoria y digestiva. La diferencia fundamental con Dulcamara es que la mucosidad generada es de color verdoso. Los órganos diana más destacados son la boca, el abdomen (flatulencia), el hígado, los intestinos (diarrea), la tráquea (tos) y los pulmones (asma, bronquitis).